Como estos pequeños
articulitos intentan ser periodismo digital según la excelente calidad de
Religión Digital, seré muy breve en mi tratamiento de Pensamiento Complejo y
de Bioética Global en Reinventar la educación.
Terminaré, presentando el
diálogo como el gran reto y el camino necesario hacia el pensamiento complejo
y la bioética global, tan vitalmente necesarios a nuestro mundo y realidad
planetaria de hoy.
Hace años que yo estoy
interesado, muy interesado, en la complejidad de lo real en general y en lo
complejo de la vida humana, de mi vida diaria y de mi relación existencial con
otros y con otras, en particular.
Ese interés, aunque real y
habitual, sin embargo era pobre e incompleto hasta leer y releer Reinventar la
Educación. Todo el libro es un exitoso esfuerzo en busca de lo real en general
y de la vida humana en particular; entendiéndolo todo de la manera más plena,
completa, orgánica y contextualizada posibles, sin dejar nada fuera de su
comprensión inteligible y de sus reales y actuales cadenas de relaciones.
Eso es Pensamiento Complejo
y así lo describen y proponen Edgar Morin y Carlos Delgado en Reinventar la
educación: ̈Requerimos un pensamiento que una y contextualice, un pensamiento
complejo que reconozca y asuma el desafío de la complejidad, que no es otra
cosa que el desafío de comprender lo que está entretejido, la trama de que
formamos parte ̈ (p. 65).
En Reinventar la educación,
pensamiento complejo y bioética global están permanente e indisolublemente
unidos en su esfuerzo común por entender racionalmente y promover
apasionadamente la vida humana: ̈Esa sabiduría (pensamiento complejo con
bioética) problematiza la sabiduría y reconoce el estrecho vínculo entre la
razón y la pasión, la totalidad del mundo espiritual de los seres humanos,
puesto que no existe pasión sin razón. Significa entonces, restaurar lo
concreto, lo afectivo, lo singular de nuestras vidas, la poesía y las
solidaridades concretas, mundalizar la solidaridad planetaria y la
comprensión, el sentido de pertenencia a nuestras comunidades y a la comunidad
planetaria de la Tierra-Patria ̈ (p. 113).
Por todo lo anterior, Edgar
Morín y Carlos Delgado terminan su complejo y bioético esfuerzo al
proponernos, en Reinventar la educación, una digna y muy humana y humanizadora
manera de pensar, vivir y convivir: ̈Reinventar significa enlazar la ciudadanía
con la transformación de la política y las reformas del pensamiento y la
enseñanza; fundir en una las reformas del pensamiento, la enseñanza, la
política y la vida ̈ (p. 115).
A lo largo de esta obra y de
todas sus obras, Edgar Morín y Carlos Delgado insisten, al igual que Paulo
Freire, en el diálogo como camino necesario para lograr esta compleja reforma,
transformación, revolución, metamorfosis y humanización de la vida humana,
en toda su riqueza, complejidad y creativa diversidad: ̈El gran reto consiste
en abrirnos a un diálogo de saberes..., el diálogo entre ellos..., un
diálogo fundamental que supere el divorcio y la incomunicación actuales...,
un diálogo que enfrente las di- cotomías y los aislamientos, fomente la
actitud para contextualizar y globalizar, y desplegar las capacidades para
plantear y resolver problemas, y alcanzar el pleno empleo de la inteligencia
para organizar los conocimientos en formas inter-, multi- y trans- ... ̈ (p.
63, p. 102, p. 113 y p. 58)
Paulo Freire también fue
promotor y practicante habitual del diálogo de saberes: ̈El camino para
nuestros proyectos fue siempre el del diálogo. A través del cual se iba
conociendo progresivamente la realidad, puesta en análisis, en discusión, en
evidencia, nunca previamente establecida ̈ (Educación y Actualidad Brasileña,
p.22, Siglo XXI, 2001).
Edgar Morin, Carlos Delgado
y Paulo Freire están presentes, muy presentes, en la humana, humanizadora,
planetaria, compleja, bioética y dialógica propuesta del Papa Francisco en
Laudato Si: ̈...entrar en un diálogo orientado al cuidado de la naturaleza, a
la defensa de los pobres, a la construcción de redes de respeto y fraternidad;
un diálogo abierto y amable; avanzar en un camino de diálogo... ̈ (Laudato
Si, p. 154, BAC, 2015)
Ante tan fértiles,
productivos y humanizadores enfoques y propuestas de vida real y actual:
a) ¿seguiremos, sin
dialogar, compleja y bioéticamente, enfrascado(a)s, enredado(a)s y
entretenido(a)s en infértiles, estériles, complicadas e improductivas
controversias e intercambios ideológico verbales, verborrea contaminadora,
sobre
b) inertes ideas, sin vida
real ni actual en ellas, materialistas unas e idealistas, las otras?
¿Seguiremos, sin aceptar ni
dejar crecer en nosotros, ni personal, ni comunitaria, ni planetariamente, las
fértiles y productivas semillas de Humanidad que la vida diaria va depositando
en cada uno y cada una de nosotros(a)s?
Optemos existencial,
decidida, radical y planetariamente a favor de la vida, de la vida real y
actual, de la vida nuestra y de la vida de los y las demás: ¡no nos
arrepentiremos...!
Hoy mismo, ya, ahora mismo,
aquí, empecemos nuestro caminar, personal y comunitario, local, global y
planetario, hacia una manera nueva, humana y humanizadora, vital, política y
ecológica, de pensar, de vivir, de convivir y de obrar: ¡ lo lograremos y nos
alegraremos...!
P. Román Espadas sj. RD
7/5/2016