Las reducciones presupuestarias y la crisis están
debilitando el papel de motor de desarrollo económico de las universidades
públicas, que registraron, en el caso de las presenciales, una caída de
ingresos no financieros del 7,8 % entre 2009 y 2011, según la Fundación Conocimiento y Desarrollo
(CYD).
La opinión de expertos relacionados con la
universidad, la empresa y la administración pública consultados en la última
encuesta anual de CYD (2012) constata un «empeoramiento o retroceso» en cuatro
aspectos, que son:
La competitividad internacional de las
universidades españolas; la capacidad competitiva internacional de la economía
española gracias al sistema universitario; la dotación de infraestructuras para
la ciencia, la tecnología y la creación y transferencia de conocimiento; y la
importancia otorgada por las administraciones públicas a las políticas y
recursos dirigidos al sistema universitario.
Entre otros datos del informe anual de CYD sobre
universidades, presentado ayer martes a la prensa, el volumen de contratos de
las oficinas universitarias de transferencia de resultados de investigación
(OTRI) cayó un 11 % en 2011. Las «spin offs» (empresas constituidas a partir de
los resultados de la investigación universitaria con fondos públicos) bajaron
un 15,3 % en comparación con un año antes.
Aunque han crecido las solicitudes y registro de
licencias y patentes y las publicaciones científicas (si bien con menor
liderazgo de investigadores españoles), podría deberse a resultados de
investigaciones de años anteriores. El personal dedicado en España a I+D cayó
un 3 % en 2011 en términos de jornada completa.
Presupuestos estables
El coordinador general del estudio, Martí Parellada,
instó a «revertir» las reducciones presupuestarias para las universidades y la
menor dotación para I+D+I, para lo que debe haber un convencimiento y demanda
sociales de que es necesario. No es posible, agregó, que continúe la
disminución de las transferencias corrientes de las autonomías a las
universidades al mismo ritmo si se pretende que éstas sean eficientes en la
generación de conocimiento y su aplicación al sistema productivo y el empleo de
los graduados. Parellada reclamó previsiones financieras estables, pues
«no es lógico» que el presupuesto de las universidades públicas sea una
«incógnita año a año».
Los gastos no financieros de las universidades
públicas presenciales bajaron un 2,8 % entre 2009 y 2011: un 1,9 % menos en
personal (por reducciones salariales y de personal) y un 7,1 % menos en
inversiones reales. Parellada recordó también que la limitación de la tasa de
reposición del profesorado funcionario (10 % actualmente) afecta a las opciones
estratégicas de cada universidad, de tal forma que en el curso 2010-2011
comenzó una disminución de profesorado en los centros propios.
A las universidades se les puede pedir compromisos
financieros, pero hay que dejarlas que los administren, recomendó, como crean más adecuado
para sus intereses y objetivos estratégicos. Simultáneamente, se hace necesaria
una reforma sin demora que, según coinciden varios estudios, aumente el poder
ejecutivo del rector y el equipo de gobierno de la universidad, con más
autonomía y capacidad de gestión financiera y presupuestaria, de profesorado y
alumnado.
Parellada advirtió de la «disparidad creciente» de las
condiciones de financiación de las universidades públicas, que en el
País Vasco tuvieron un aumento de ingresos no financieros del 9 %, frente a una
reducción del 17,3 % en Castilla-La Mancha entre 2009 y 2011. La dotación de
recursos públicos por alumno llega a ser del triple en las universidades que
más reciben respecto de las que menos: más de 9.000 euros en la Universidad
Pública de Navarra, Pública del País Vasco y Politécnica de Cartagena en 2010 y
poco más de 3.000 en la Rey Juan Carlos de Madrid.
Mercado laboral
Sobre el mercado laboral, el informe indica que la tasa
de empleo de los graduados superiores se redujo en España en torno al 10 %
entre 2007 y 2012, frente al descenso aproximado del 2 % en el conjunto de la
UE. En el mismo período, la tasa del paro de los titulados superiores llegó al
15 % en España y al 6 % en la UE, cuando en ambos casos se partía del 4 %
(2007).
El documento resalta la «especial intensidad» del deterioro de inserción laboral desde 2009, debido posiblemente a
los «recortes públicos» en sanidad, educación o investigación, campos donde
trabajan un gran número de universitarios.
La universidad debe mejorar las tasas de empleo, lo
que significa cambiar los planes y métodos docentes, según Parellada, que
reclamó una racionalización del número «excesivo» de titulaciones, pues una
cuarta parte de las carreras matriculan menos de 51 alumnos de nuevo ingreso.
Efe. Abc. 24/07/2013
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