Algunos de Uds. me habéis a aconsejado
que ponga los cuentos los domingos, que es cuando más tiempo se tiene para leer
y moverse por la red, ya que los lunes es más difícil poder seguir la lectura
de algunas cosas. Así que pasaremos los cuentos a los domingos.
También algunos dicen que se
ponga al final alguna reflexión, dejo aquí lo que un Maestro le dijo a su
alumno.
En cierta ocasión se quejaba
un discípulo a su Maestro: «Siempre nos cuentas historias, pero nunca nos
revelas su significado» El Maestro le replicó: «¿Te gustaría que alguien te
ofreciera fruta y la masticara antes de dártela?»
MADURAR ES OPCIONAL
El primer día en la
universidad, nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a
conocer a alguien a quien no conociéramos todavía.
Me puse de pie y miré a mi
alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro.
Me di la vuelta y me
encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser.
- "Hola, buen mozo. Me
llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo?"
Me reí y le contesté con
entusiasmo:
- "¡Claro que
puede!". Ella me dio un abrazo muy fuerte.
- "¿Porqué está usted
en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?", le pregunté.
Riéndose contestó:
- "Estoy aquí para
encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y
viajar."
- "Se lo digo en
serio", le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese
desafío a su edad.
- "Siempre soñé con
tener una educación universitaria y ahora, simplemente la voy a tener", me
dijo.
Después de clases caminamos
al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de
chocolate.
Nos hicimos amigos
enseguida.
Todos los días durante los
tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar.
Me fascinaba escuchar a esta
"máquina del tiempo".
Ella compartía su sabiduría
y experiencia conmigo.
Durante ese año Rose se hizo
muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba
vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás
estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla.
Al terminar el semestre,
invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol. No olvidaré nunca lo
que ella nos enseñó en esa oportunidad.
Luego de ser presentada,
subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que habia preparado de
antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes...
Frustrada y un poco
avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente:
- "Disculpen que esté
tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está
matando!. No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme
simplemente decirles lo que sé."
Mientras nos reíamos, ella
se aclaró la garganta y comenzó:
- "No dejamos de jugar
porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo
cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.
1.- Tenemos que reír y
encontrar el buen humor todos los días.
2.- Tenemos que tener un
ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas
personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!.
3.- Hay una gran diferencia
entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en
la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de
veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año
sin hacer nada tendré ochenta y ocho años.
4.- Todos podemos envejecer.
No se requiere talento ni habilidad para ello.
Lo importante es que
maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio. No me arrepiento de
nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo
que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen
remordimientos."
Terminó su discurso cantando
'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en
práctica en nuestra vida diaria. Rose terminó sus estudios...
Una semana después de la
graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía.
Más de dos mil estudiantes
universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la
maravillosa mujer que nos enseñó con su ejemplo, que nunca es demasiado tarde
para llegar a ser todo lo que se puede ser.
Encontrado en la red. No sé
quién es el autor.