martes, 1 de abril de 2014

HACIA NUEVOS RETOS EN LA EDUCACIÓN EN EL DÍA MUNDIAL DE LA EDUCACIÓN

Hoy día mundial de la educación, la OCDE nos regala un nuevo pildorazo. El alumnado español, también a la cola de la OCDE en resolver problemas diarios.

Los resultados de los alumnos españoles de 15 años en la resolución de problemas de la vida real son inferiores a la media de la OCDE, como también sucede con las pruebas de Matemáticas, Lectura y Ciencias, conocidas el pasado diciembre.

Sin duda alguna, la educación, junto con la salud y el trabajo, son los peldaños más importantes para el desarrollo de los pueblos.

Por eso, hoy día mundial de la educación, quizás sea unos de los momentos a lo largo del año, en que todos padres, profesores, maestros y alumnos deberíamos de pensar en el camino que hemos construido en la educación. Pero, principalmente en cuáles son los nuevos retos de la educación.

Hace ya años que introducimos los ordenadores en nuestras aulas, posiblemente pensando que era la panacea a todos los problemas de aprendizaje de nuestros alumnos. Transcurrido un tiempo considerable, son muchas las voces que vuelve a reclamar nuevos cambios, nuevas tendencias en el aprendizaje. Considerando que ha sido quizás algo absurdo llenar nuestras aulas de ordenadores. Con esto, no quiero decir que no tengamos ordenadores en las aulas, no; es más, son vitales.

Lo que quiero decir con todo esto, y comparto aquí las ideas que recojo de mi compañero Miguel Machi en su blog la mariposa y el elefante; es que en la escuela lo que se necesita es un cambio metodológico. Un cambio basado en el supuesto de que el aprendizaje se construye  (no solo se transmite y reproduce) y, que para que se genere ese aprendizaje es necesaria la implicación de los profesores y de los alumnos. No se puede enseñar a la contra, no se puede remar contracorriente. No se puede enseñar sin la implicación de los alumnos. Además tenemos que dar por hecho que el aprendizaje es un proceso que se genera de manera constante y de manera inevitable, y no exclusivamente entre las cuatro paredes de un aula, o frente a la pantalla de un ordenador.

Educar supone asumir que el alumno es el protagonista de su proceso educativo, que cada alumno interpreta y construye conocimiento a su manera y que ese conocimiento en muchos casos no puede ser detectado por unos estandarizados test de inteligencia, ni por unas pruebas excesivamente academicistas.

Educar supone dar la vuelta a la acción formativa en la que ya no se trata de que el maestro enseña y el alumno aprende, sino que toda la comunidad educativa contribuye para que fruto de estas sinergias el alumno (en mayor medida, y también el profesor) se transforme. Los profesores, poco a poco, deberemos ir abandonando el papel de expertos para convertirnos en facilitadores, en diseñadores de escenarios de aprendizaje, en acompañantes, en consejeros,… Siempre nos habían dicho que para ser un buen maestro no bastaba con saber mucho sobre la materia, además tenías que saber explicarla, transmitirla. Yo creo que la competencia más demandada en los presente-futuros maestros es y será la de saber observar, saber escuchar y ser capaces de facilitar que el talento que se esconde dentro de nuestros alumnos florezca por sí mismo. Siguiendo un poco las ideas de Ken Robinson, no se trata tanto de meter contenidos, sino de sacar talento innato, como nos indica Miguel.


FELIZ DÍA DE LA EDUCACIÓN A TODOS.

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