La Constitución Española
cumple 35 años y lo hace entre propuestas de reforma para abordar diversas
cuestiones que con el paso del tiempo, la sociedad española se ha planteado,
como el modelo territorial, la sucesión a la jefatura del estado, etc..
En estos años he podido
comprobar que sea llevado a cabo una gran transición política en nuestro país,
pero no a la vez, desde mi punto de vista, se ha producido esa misma
transformación y regeneración en los partidos políticos y sus componentes los
políticos.
El hecho es que la sociedad
española se ha democratizado a una velocidad de vértigo, pues estamos hablando
de 35 años. Mientras que la sociedad española ha avanzado en esta línea de
democratización, la clase política y los partidos políticos en ese mismo tiempo
se han planificado en excesivos criterios conservadores, que ha tenido como consecuencia la creación de
una nueva clase social, denominada clase política que ha sucumbido en las
cloacas de la corrupción y de la regresión de los derechos de la sociedad
española.
Esta situación ha
llevado a un abandono de confianza por parte de los ciudadanos españoles en las
Instituciones que los representan. Posiblemente, si se llevara a cabo esa regeneración política
que es demanda por todos los españoles, tanto como la reforma de la
constitución, la clase política no se vería tan perseguida, margina y ofendida.
Pues, no deben de olvidar que son ellos los que están al servicio del pueblo.
Posiblemente, sea necesaria
una reforma de la Constitución para adaptarla a las nuevas necesidades que la
sociedad española plantea para su estado de convivencia. Pero tan cierto como
eso es que también se necesita una regeneración y transformación de la clase
política, posiblemente más que la Constitución.
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