El día 31 de enero se
celebra la festividad de San Juan Bosco, iniciador decidido de los
talleres profesionales que permitían a los jóvenes tener un trabajo y construir
su futuro.
Juan Bosco, nace en
Italia, cerca de Turín en 1815. De chico trataba de divertir a sus compañeros
para ayudarles luego a rezar. Ya sacerdote vive en el Turín de 1841 los efectos
de la llamada revolución industrial. Le duele el ver a los jóvenes en la
cárcel: “Si hubieran tenido una mano amiga que les hubiera
ayudado”… Para evitar esa situación inicia los primeros Talleres Profesionales
de encuadernación, imprenta, zapatería, sastrería.
Hoy día de San Juan Bosco,
patrón de la Formación Profesional, es un buen día para reflexionar un poco
sobre el presente y el futuro de la Formación Profesional en España.
El artículo titulado “La
FP quiere hacerse mayor” de Marce Redondo, reflexiona sobre la imperiosa
necesidad de la Formación Profesional de convertirse en la puerta de acceso
preferente al empleo. La tan necesaria creación de empleo pasa por que los
nuevos proyectos empresariales encuentren, tanto la financiación necesaria,
como los profesionales preparados para llevarlos a cabo. Por parte del gobierno
deberían hacerse los mismos esfuerzos que se están realizando para reflotar el
sistema financiero, para apoyar y recuperar la tan desprestigiada Formación
Profesional. ¿De qué servirá disponer de crédito sin el talento necesario para
utilizarlo y generar valor? Sería como regar un campo yermo. El artículo de
Marce Redondo cita un dato bastante clarificador al respecto, según la UE se
espera que en 2020 el 85 % de los puestos de trabajo requieran, al menos, ese
nivel de formación.
El Sistema de Formación
Profesional en España no ha conseguido nunca quitarse la etiqueta de “patito
feo” dentro del Sistema Educativo. Esta Formación siempre ha sido percibida
como “Plan B”, como segunda opción, destinada para aquellos estudiantes “que no
valían”. Este tipo de etiquetas sociales, unido a la falta de entendimiento
entre la FP y el mercado productivo, han lastrado sobremanera las
potencialidades generadoras de empleo de este tipo de formación. Los motivos
por los que la Formación Profesional no produce el resultado esperado son
varios: Falta de entendimiento político en su diseño e implantación, excesiva
rigidez y falta de adaptación a las necesidades de las empresas, la existencia
de un tejido empresarial poco propicio, formado mayoritariamente por autónomos
y micropymes, una legislación laboral y una picaresca empresarial más dada a la
rotación que a la promoción interna de sus trabajadores, etc.
Que este día de San Juan
Bosco patrón de la Formación Profesional, nos sirva en primer lugar para vivir
la alegría del carisma salesiano ante la vida y en segundo lugar para pensar
sobre la proyección de la formación profesional en los jóvenes.
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