lunes, 21 de enero de 2013

VALORACIÓN DE LAS INNOVACIONES PEDAGÓGICAS EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL Y SU INCIDENCIA EN SU DESARROLLO SOCIAL.


Es conveniente analizar: ¿porque todas esas innovaciones pedagógicas llevadas a cabo no han tenido un gran desarrollo social de la formación profesional?.

El impacto limitado de estas innovaciones tiene varias causas sobre los problemas (de naturaleza práctica) y los dilemas (de naturaleza teórica).

- la negación del prestigio que tiene la FP
- el escaso eco que recibe la FP en el ámbito académico
- lo cerradas que están las ciencias de la educación en el ámbito escolar y, dentro de éste, en el académico

Pero este, es el principal reto al que debe enfrentarse la Formación Profesional en España. Recuperar, reorientar, reciclar, transformar a nuestros jóvenes en profesionales empleables para la nueva sociedad de la información y el conocimiento. Esta labor tan importante necesita de reformas de calado, requiere de un proceso intenso de desaprendizaje y de reinvención. Aunque difícilmente avanzaremos por el camino adecuado desde el recorte, la falta de diálogo y la desmotivación.

Otros de los grandes desafíos del sistema de formación profesional para los próximos años, es la necesidad de acreditar las competencias de los trabajadores que no tienen titulación, pero sí una amplia experiencia profesional. Divididas en cuatro bloques: las dirigidas a mejorar el nivel de cualificación, las que tienden a potenciar la formación en la sociedad del conocimiento, las que pretenden la mejora de la gobernanza del sistema y las que derivan de un acuerdo global para la formación y la cualificación.

En estos tiempos tan difíciles que estamos viviendo, la Formación Profesional se ha convertido en una opción de futuro por ser prometedora y a la vez rápida. Solo que, al igual que con cualquier otra carrera, dependerá de la madurez del alumno y la dedicación que este le ponga a su profesión para obtener el éxito.

La formación profesional está comenzando a dejar de ser vista como la opción de los que no servían para estudiar, porque muchos de los nuevos profesionales de Formación Profesional están demostrando su alto nivel de capacidad ‘in situ’, es decir, en los mismos centros de trabajo, y así están dejando bien en alto la valía de este título profesional. Es que los hechos siempre dicen más que las palabras…y los títulos rimbombantes.

Lejos de analizar por qué ni si es o no justo, es sabido por todos que la diferencia de sueldos entre un profesional universitario y uno técnico o de Formación Profesional no es tan amplia como podría pensarse, al menos en España. (Hablamos de un profesional universitario sin grandes responsabilidades). Por ello, esta opción de futuro ha cobrado importancia.

En un principio, quien escribe también pensaba que la única buena opción era la universidad. Que si no se iba a la universidad, se era nada. Tal vez esta forma de pensar tenía cabida décadas atrás pero hoy los tiempos han cambiado y el turno es de los futuros profesionales, los titulados de formación profesional.

Los beneficios de una buena Formación Profesional se pueden analizar desde la perspectiva de los trabajadores, las empresas y la sociedad.

1. Trabajadores
Las personas se ven beneficiadas porque la formación profesional inicial, como para el empleo mejora sus posibilidades de encontrar o mantener un trabajo; incrementa su productividad y su capacidad para obtener ingresos, elevando su nivel de vida y ampliando sus oportunidades de carrera.
2. Empresas
Las empresas también obtienen beneficios en tanto una plantilla de trabajadores más cualificados puede hacerlas más productivas y competitivas en el mercado, asegurándole mejores niveles de calidad.
3. Sociedad
La economía y la sociedad en general se benefician debido a que utilizando mejor el recurso humano la economía se hace más productiva, innovadora y competitiva, puede contribuir a eliminar los desajustes de la inadecuación ocupacional de la población, producto de la disociación entre la oferta formativa y de mano de obra respecto a la demanda de cualificaciones según las necesidades cambiantes del mercado.

No cabe duda de que, la formación profesional es una herramienta para fomentar la empleabilidad, entendiéndose está, como hemos visto, la capacidad que debe desarrollar un trabajador para acceder a un empleo, conservarlo o transitar hacia otro sin mayor dificultad permitiéndole garantizar su propia estabilidad dentro del mercado laboral.

El nuevo orden económico mundial, producto de la globalización de la economía y las profundas innovaciones en el ámbito científico y tecnológico, se caracteriza por la presencia de sustanciales transformaciones en las relaciones económicas, políticas, sociales y productivas de los países así como la aparición de nuevas formas de organización del trabajo, que requerirán de un diálogo permanente entre el sistema educativo, el mundo empresarial, trabajadores y sociedad.

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