sábado, 21 de septiembre de 2013

LA UNIVERSIDAD, DEBE DE SER, EL EXPONENTE CLARO DEL DESARROLLO DEMOCRÁTICO

En posts, anteriores he ido dejando claro que comenzábamos un nuevo curso escolar, con la mochila bien cargada, especialmente en el gran descontento de toda la comunidad educativa. Así, ha sido en las distintas aperturas de los niveles educativos.

En la inauguración del curso en las etapas no universitarias que ha tenido lugar en el colegio de educación Infantil y Primaria El Alba, de la pedanía de Roldán, en Torre Pacheco (Murcia), un grupo de activistas de la marea verde a favor de la escuela pública se han concentrado para mostrar su rechazo a las políticas del Gobierno. Uno de ellos, un sindicalista de CC OO, ha abordado a Wert al final del acto, le ha reclamado diálogo con la comunidad educativa y le ha entregado una carta contra los recortes y la reforma educativa (la Lomce) y una camiseta verde, símbolo de la protesta en defensa de la escuela pública. 

En Baleares, donde los profesores de la enseñanza no universitaria están en huelga desde el pasado lunes contra el modelo trilingüe de José Ramón Bauzá, 4.000 manifestantes se han congregado frente al aula magna del rectorado, donde se celebraba la ceremonia de inicio de las clases.

Y, como hemos podido comprobar este lunes con el nivel universitario también. El acto de apertura del curso universitario 2013-2014 que iba a celebrarse el lunes en Zaragoza, al que tenían previsto asistir el ministro de Educación, José Ignacio Wert, y el príncipe Felipe, se ha suspendido ante la “certidumbre” de alteraciones que pudieran desencadenar “incidentes de mayor gravedad”, informa la Universidad de Zaragoza.

Aparte de los recortes presupuestarios, son muchas las críticas que ha cosechado la política educativa planteada por Wert, tanto en la educación no universitaria (con la Lomce) y con el cambio en el sistema de becas, que exige a los alumnos obtener una media de 5,5 para poder acceder a una ayuda al estudio a la llegada a la Universidad.

Ahora bien todo este descontento, no puede desembocar en actos que no permitan la expresión y el diálogo, aún más en una Universidad. Creo que, posiblemente la comunidad educativa o mejor dicho la sociedad española en su conjunto, no esté en posición de celebrar nada, ante el deterioro claro y evidente que está sufriendo todo este estado de bienestar que se había construido. Pero la suspensión de ese acto supone como dijo el Rector una “noticia muy triste”, porque se pierde la oportunidad en un marco como la Universidad de escuchar y dialogar.

Esto no quita que fuera de ese marco institucional, los diferentes colectivos de la comunidad educativa, presente su protesta.

La Universidad, debe de ser el exponente claro del desarrollo democrático.

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