Vaya final de curso. Vaya última
semana de junio que llevamos en el tema de la educación. Desde el polémico 6,5
del ministro Wert pasando por el demoledor informe de la OCDE hasta la
recomendación del Príncipe de Asturias «No podemos permitirnos que uno solo más de
nuestros estudiantes abandonen sus estudios. Y debemos intentar que quienes lo
hicieron en el pasado recuperen su preparación profesional»
El informe de la OCDE
publicado hoy señala que España tiene que incrementar el porcentaje de jóvenes
con formación profesional de grado medio como instrumento para luchar contra el
creciente desempleo juvenil.
Solo el 8% de los adultos
españoles cuentan con una formación profesional de grado medio, frente a la
media del 34% de los 34 países de la OCDE. Ese porcentaje es del 56% en
Alemania y del 32% en Italia y Holanda, destaca el informe, que afirma que la
oferta y el alcance de esos programas de formación profesional «podrían
extenderse ampliamente» en España. Ese tipo de educación permite adquirir las
capacidades, el conocimiento y la experiencia práctica que se requiere en
empleos especializados y hace posible preparar a los jóvenes para acceder al mercado
laboral.
El informe destaca que
aunque solo el 54% de los adultos (entre 25 y 64 años) tienen una formación
secundaria superior o un grado mayor de educación, en los últimos años ha
habido un mayor acceso a esos niveles, de lo que da testimonio que el 65 % de
los que tienen edades comprendidas entre los 25 y los 34 años cuentan ya con
esos niveles.
Lo que el informe constata
es que la brecha generacional es evidente en todos los niveles educativos
puesto que el 39% de la gente entre 25 y 34 años dispone ya de educación
terciaria, es decir, tienen una formación profesional de grado superior o
estudios universitarios. Eso les coloca al mismo nivel que la media de los
países de la OCDE, destaca el informe, que confirma que mayores niveles de
educación protegen contra el ingreso en las listas de paro.
Así, constata que en 2011,
el último año del que ofrece datos, el paro entre adultos con formación
inferior al cuarto grado de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) era del
26,4%, mientras que los que habían llegado hasta segundo curso de Bachillerato
o a una Formación Profesional de Grado Medio era del 19,2 %.
Los adultos con formación
terciaria tenían un índice de paro del 11,6 %, por debajo de la media de la
OCDE, que era del 12,6 %, recordó la organización.
Los datos de la organización
permiten además confirmar que las mujeres con educación terciaria ganan un 57%
más que las que tienen educación secundaria, mientras que los hombres el
porcentaje es de un 33% más en la misma comparación. Esta diferencia en ventajas
salariales es la más alta entre los países de la OCDE
Aun así, la OCDE confirma
también que todavía persisten las diferencias salariales entre sexos, puesto
que, de media, una mujer con educación de tercer nivel ganaba todavía con los
últimos datos disponibles un 88% de lo que percibía un hombre con
cualificaciones similares.
La organización advierte que
la mitad de los jóvenes entre los 15 y los 29 años que no estudian ya y
trabajan a tiempo parcial preferirían trabajar más, lo que conduce a una situación
de marginalización puesto que los datos indican que los empleos que ocupan no
son los que querrían tener.
En definitiva, podemos
llegar a la conclusión de que la formación es un pilar fundamental para poder
salir de la crisis económica, pero creo que podemos caer en el error de que por
la formación soluciones el tema del empleo. El desarrollo del empleo vendrá por
las condiciones económicas propicias para esa creación de empleo. Otra cosa es
que, cuando se den esas condiciones de empleabilidad, las personas estemos
formadas para el desempeño de los puestos de trabajos que la sociedad vaya
demandando.
La ecuación a mayor formación
mayor empleabilidad, creo que no es correcta.
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