Un día mi madre me preguntó:
"¿Cuál es la parte más importante del cuerpo?". A través de los
años trataría de buscar la respuesta correcta.
Cuando era más joven, pensé
que el sonido era muy importante para nosotros, por eso dije: “Mis oídos,
mamá”. Ella dijo: “no, muchas personas son sordas y se arreglan perfectamente.
Pero sigue pensando, te preguntaré de nuevo.”
Varios años pasaron antes de
que ella lo hiciera. Desde aquella primera vez, yo había creído encontrar la
respuesta correcta. Y es así que le dije: ”Mamá, la vista es muy importante
para todos, entonces deben ser nuestros ojos. “
Ella me miró y me dijo:
”Estás aprendiendo rápidamente, pero la respuesta no es correcta porque hay
muchas personas que son ciegas, y salen adelante aún sin sus ojos”. Continué
pensando… ¿cuál era la solución?
A través de los años, mi
madre me preguntó un par de veces más, y ante mis respuestas la suya era: “No,
pero estás poniéndote más inteligente con los años, pronto acertarás”.
Hace algunos años mi abuelo
murió. Todos estábamos dolidos. Lloramos. Incluso mi padre lloró. Recuerdo esto
sobre todo porque fue la segunda vez que lo vi llorar. Mi madre me miraba
cuando fue el momento de dar el adiós final al abuelo. Entonces me preguntó:
"¿No sabes todavía cuál es la parte más importante del cuerpo, hijo?”. Me
asusté cuando me preguntó justo en ese momento. Yo siempre había creído que ese
era un juego entre ella y yo. Pero ella vio la confusión en mi cara y me dijo:
”Esta pregunta es muy importante. Para cada respuesta que me diste en el pasado
te dije que estabas equivocado y te he dicho por qué. Pero hoy es el día en que
necesitas saberlo”.
Ella me miraba como sólo una
madre puede hacerlo. Vi sus ojos llenos de lágrimas, y la abracé. Fue entonces
cuando apoyada en mí, me dijo: ”Hijo, la parte del cuerpo más importante es tu
hombro”.
Le pregunté: “¿Es porque
sostiene mi cabeza?”
Y ella respondió: “No, es
porque puede sostener la cabeza de un ser amado o de un amigo cuando llora.
Todos necesitamos un hombro para llorar algún día en la vida, hijo mío. Yo sólo
espero que tengas amor y amigos y así siempre tendrás un hombro donde llorar
cuando lo necesites, como yo ahora necesito el tuyo.”
Encontrado en la red.
No hay comentarios:
Publicar un comentario