miércoles, 1 de mayo de 2013

UNO DE MAYO. DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO.


Hoy primer día del Mes de Mayo, se celebra el DÍA DEL TRABAJO. Mi pensamiento está hoy puesto en esos 6.200.500 personas y desgraciadamente en los que perderán sus puestos de trabajo antes de que termine este año, según las predicciones económicas, rozaremos la super-barrera, ya no  psicológica, si no a vergonzante de los 7 millones de parados.

Este gran problema social y humano que nos rodea debe de ser para nosotros, un hecho de reflexión desde nuestra condición simplemente humana, y un discernimiento de los más simples márgenes de los derechos humanos y constituciones, que nos deben de llevar  a una nueva renovación de nuestro compromiso social.

¿Cómo celebrar el día del trabajador en medio de esta crisis? Crisis provocada por la codicia y avaricia de unos pocos. Crisis aprovechada por muchos para bajar los sueldos de los futuros trabajadores o hacerlos renunciar a sus derechos laborales.

¿Cómo celebrar este día en que muchos jóvenes buscan su primer trabajo y muchos adultos han perdido su trabajo y el camino de su vida se ha quedado paralizado posiblemente por su edad?

¿Cómo celebrar este día en una sociedad que promueve la competencia y exitismo laboral?

¿Cómo celebrar este día cuando la gran mayoría de los trabajadores no trabaja en aquello para lo cual tienen vocación y más habilidades?

Por eso esta celebración, debe de ser una llamada, no solamente a los trabajadores y sus familias quienes son los que están pagando las consecuencias de esta crisis tan brutal, provocada por la codicia y avaricia de unos pocos. Si no que, es una llamada especialmente a esa clase política, responsable de corregir, como legisladores estos atropellos que los trabajadores están sufriendo.

Por eso, este primero de Mayo, debe de ser para nosotros un tiempo de acción y de compromiso social transformador. Los derechos y valores humanos deben de ser en esta sociedad una exigencia de todos, como un servicio más a la comunidad.

Más que nunca quizás, todos los que hoy en día tienen trabajo y los que no, debemos de participar con mayor compromiso en la vida política y social que nos rodea. Ignorar lo que está pasando en la calle y en las redes sociales puede ser irresponsable. En España hay una distancia creciente entre buena parte de la sociedad y sus representantes. Y el resultado se traduce en desesperanza y desencanto.

No podemos tolerar que algunos, se aprovechen de esta crisis para destruir a los demás.

1 comentario:

  1. Y el desencanto que existe hacia los sindicatos.Que han hecho por la clase obrera, a quien representan.Total esto es un cùmulo de circunstancias que nos hacen cada vez dèbiles.

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